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6/24/2011









VOLVER A EMPEZAR



Por un momento pensé que era solo un sueño, más bien una pesadilla, y en ella oía algunos gritos y en ellos envuelto mi nombre, corrí a la ventana que daba justo a la calle frente a los parqueaderos. Afuera de la reja roja que nos ponía a salvo de las maldades de los criminales. Para mi sorpresa, era Juan quien gritaba e imploraba que lo soltaran, no lo pensé dos veces, me dirigí a la cocina y me arme con el primer cuchillo que encontré, estaba asustada, mas bien aterrorizada, por que sabia que no era un sueño, si seguía siendo una pesadilla, pero para mi desgracia no estaba dormida.

Patricia mi compañera de celda no fuma y a mi se me acabaron los cigarrillos. Usted no tiene uno de sobra, ¿Guillermo me dice que se llama? ¿Y que trabaja para el diario? , perdóneme pero se me olvido, no hace ni dos años que estoy aquí y ya me estoy volviendo senil, mas que por mi edad, se lo atribuyo a lo cerquita que estoy de la locura.

Como le venia diciendo Guillermo, empecé a bajar la escalera, pero no entiendo como, por que las piernas no las sentía, ahora le muestro las cicatrices que me dejaron las heridas que me hice en los pies y las piernas, tal vez si hubiese sentido dolor me hubiera detenido un segundo, pero le juro que no sentí el mas mínimo dolor, tenia una meta y alcanzarla era a lo único que respondía mi cuerpo y mi mente, trabajaban unidos para alcanzar la meta que me había trazado, llegar hasta a donde estaba Juan. Si usted me pregunta no le podría contestar si pasaron, segundos, minutos, horas, desde que empecé abajar las escaleras y el momento en que por fin llegue al lugar donde estaba Juan.

Lo cierto es que ya alcanzado mi objetivo de llegar hasta allí, me volví a perder en un mar de contradicciones, Juan estaba siendo atacado, revolcado, sin poder moverse le oprimía aquel hombre el cuello con la rodilla, Juan le sujetaba las manos en un intento desesperado por librarse del cuchillo que iba directo a su cara, y allí estaba yo detrás de ellos, también estaba ella, llorando: sin poder o sin querer hacer nada para solucionar lo que estaba pasando frente a sus narices, como si con lagrimas se pudiera salvar la vida de un hombre indefenso. Desgraciada, si hubiera hecho algo yo no estaría aquí, ni Juan allá, y mi hija no se hubiera quedado sola y la vida no nos hubiese dado la espalda.

pero no, yo no podía permitir que le clavara ese hombre el cuchillo a Juan; no, no hubo tiempo para cobardías, tampoco para buscar soluciones, mucho menos para preguntar que pasaba, la vida de mi esposo corría peligro, en mis manos estaba la única solución y no lo pensé dos veces, en un acto reflejo, mi mano hundió el cuchillo, en la espalda de ese hombre, no solo una vez sino tres veces.

No, ya se Guillermo, lo que va a decir y tampoco me mire como si contando esto fuera una insensible, pero no es la primera vez que cuento lo sucedido, he pasado por no se cuantos interrogatorios , como lo pude leer en mi expediente, creo mas bien que mi sistema interno de protección ha creado un, no se como decirlo, un mecanismo de protección para que no me afecte la historia cada vez que la cuento y como van las cosas no creo que esta sea la ultima vez que la cuente, ¿verdad Guillermo?, claro que con usted las cosas son mas relajadas, no se, con usted es con la única persona que no me siento atacada desde que me desperté esa noche del 19 de mayo.

Patricia, la celda se nos esta quedando pequeña, este mundo de papeles de los juzgados de ambas van a terminar por asfixiarnos a las dos, nos están quitando el poco aire que alcanza a entrar a la celda. Ha visto patricia: esta es la cuarta vez que viene a verme Guillermo?, y cada vez que se va lo extraño, las visitas, que digo visitas, las confesiones con el me relajan, me dan un nuevo respiro, no se si es por el hecho de el tomarse el tiempo de escucharme y luego debe escribir mi caso en una de las paginas de el periódico para el que trabaja y creo que esta es la parte mas importante y por la que mas me inclino que me relaja tanto es por que me ha dicho que iba hacer todo lo que en el fuera posible para ayudarme con el juez, piensa que hay varios factores que no se conocieron en primera instancia y me confeso que tenia varios testigos que había ubicado y que por motivos de amenazas no fueron capaces de testificar, en ese momento. Bueno, será esperar hasta el lunes, dijo que hasta el lunes le validaban el permiso para otra visita.

La prisión es una realidad de mierda, me pasó de lado a lado tratando de esquivar miradas, que sin hablar me dicen todo lo que piensan de mi y lo que desearían hacer con migo si en sus manos estuviera mi destino: Esta Rosa la de la celda 10, cuando me atravieso por su presencia me sigue con sus ojos gigantescos veteados de rojo, su eterna agonía de odiar por que si o también por que no, me intimidan, son revólveres apuntándome directo al alma; no dice nada y tampoco necesita hacerlo; a mi parecer solamente le falta activar el gatillo para causarme un daño mortal. Las heridas de sus brazos me dejan deletrear apuntes de su vida, tupidas de puntos cuelgan sus manos. Alcanzo a percibir cuan ondas son sus heridas del alma, ella con esos ojos que me atemorizan, quisiera verme jodida igual o quizás mas, de lo jodida que esta ella, mejor no la miro mas, mejor miro para otro lado, pero para donde? Quizás para mi lado izquierdo?

O tal vez para el rincón a donde esta Leonor, tratando de esconder en los bolsillos de su gastada falda una de las papeletas llenas de bazuco que le entran sus hijos para venderlas a las internas, por que no pudo dejar que a cárcel la alejara del infierno que según ella debe cargar a cuestas por el resto de su vida. No me gusta como algunas de estas mujeres llegan hasta donde esta Leonor y se convierten en unas mendigas, haciendo cosas que nunca hubiesen hecho si no dependieran de esa basura que Leonor les vende, he visto como han llegado a golpear e intentar asesinar a otras mujeres por orden de Leonor que se ha convertido en la autoridad mayor, por el micro trafico de esa basura.

Del otro lado esta Selene, Tal vez es el lugar donde menos quiero ver, no quiero, no, ya me había dicho que no, que mirarla me hace daño: no es por los mismos motivos que debo dejar de mirar a Rosa, no, es por el choque que se produce cuando mis ojos hacen contacto con los de Selene, con sus ojos verdes, verde tristeza; me confunden; me recuerdan un pasado cercano, un pasado bueno y que ahora debo olvidar. Selene es una extraña en este país, mas no en este mundo de celdas y mugre, no, aquí es una linda europea a la que hacen bañar todas las mañanas privándola de su derecho natural de no querer sacarse el olor de encima, aquí le quieren quitar el derecho con el que fue criada y que le gusto mantener a lo largo de sus 26 años; pero aquí no, no nos permiten ni siquiera eso; mantener el fétido derecho de mantenernos sucias; Selene además de de guardar la tristeza de no poder mantener sus aromas naturales, también guarda una tristeza, que hace opacar el verde de sus ojos, ese verde que jure no volver a ver ninguno de los días que permaneciera crucificada en este sitio, verde dolor, verde llanto, verde miedo, verde muerte, verde no mas verde por favor.

El mejor sitio para posar mis cansados ojos será en el único libro que me permitieron tener y temo que lo termine muy pronto de leerlo y ya sin ningún motivo para poner mi vista sobre el, me canse de analizarlo, de repasarlo y ya no quiera verlo mas; ni siquiera para ver su portada que tanto me gusta y otra vez tenga la necesidad de explorar lo que se mueve en mi contorno.

Es domingo de visitas, se que Cindy vendrá a verme hoy, tal vez en compañía de mi mama, ya les he dicho que no vengan, que es suficiente con una vez al mes, no por el hecho de verlas, no, ni mas faltaba, pero no me gusta por todo lo que tienen que pasar, para poder entrar a verme. Las cosas de aseo personal y los cigarrillos: son las que mas falta me hacen, no se imaginan como las agradezco cuando llegan, ahora para colmo de mis males y por el exceso de ocio, aprendí a fumar, tal vez , es la única forma de matarse permitida en este sitio, aun que es tan lenta para mi gusto.

Poder abrazar a mi niña es el único lujo que me queda de mi antigua vida: sentir su calor, mientras me dice que le hago mucha falta, pero que no me preocupe que ella esta bien. Carajo, otra vez estoy llorando y es que no lo puedo evitar, cada vez que pienso en Cindy me pasa lo mismo, si las cosas volvieran a pasar de la manera que pasaron la noche del 19 de mayo, juro que no lo volvería a hacer, solo por no dejar a mi hija solita; pero es muy fácil decirlo ahora.

Cindy mi única hija, en este momento tiene 16 años; cuando cumpla mi condena, creo que será madre también, con una familia y cosas que hacer. No quiero que se complique la vida con migo. Ella es mi mejor amiga y me dice, Yo creo que es mas bien para darme consuelo: tranquila mamita, hiciste lo que debías hacer, cualquiera en tu lugar habría hecho lo mismo. Es impactante, verla llegar: me recuerda tanto a Juan y “con lo difícil que es desestabilizar a cualquier persona en este lugar”, ya se imaginaran como me pongo. Bueno en términos generales Cindy no esta sola, mi madre: desde el momento en que nació Cindy, fue la luz de sus ojos.

La noche de los sucesos, me perdonan la terminología pero es que solo me falta un cartón para ser abogada. Mi madre fue a verme a la estación, para decirme; que decirme, gritarme: que si me había vuelto loca; que era una irresponsable, como se me había ocurrido hacer una cosa de esas, dejar a niña sin papa y sin mama ( como si yo hubiera matado a Juan) y finalizo diciendo que gracias a Dios, Cindy la tenia a ella y que no me preocupara que a la niña no le iba a faltar nada, (yo se que no le va a faltar nada económico), por que Juan, que en paz descanse se molió trabajando, para dejarle 2 casas, una pensión y el seguro de vida, claro que eso no se lo dije, eso se lo digo a Cindy con mas calma y a solas. Estoy convencida que la educación que le dimos con Juan, a Cindy, fue la mejor, me consagre los 16 años que estuve con ella, a educarla, a enseñarle cual es el mejor camino y a tomar las mejores decisiones.

En cualquier momento llega Guillermo y traje los documentos que me pidió. Tan cumplido como siempre, lo veo aparecer del fondo de los despachos; con el como de costumbre trae la filmadora y un maletín. Como le va Guillermo, ¿en que nos quedamos? Si, ya me acorde.

Me cuesta ubicarme en el centro de ese momento, para que lo voy a negar y esta risa nerviosa me hace caer en cuenta de que así es.

El hombre cayo sobre Juan y con mucha fuerza tuve que quitarlo de encima de Juan, en el momento que lo empuje, cayo al lado de Juan, la escasa luz que emergía de los postes, era suficiente para ver correr la sangre en torno de los dos cuerpos tirados en el frio y húmedo piso: (había acabado de llover a tarrados por dos días). Pero aun podía distinguir entre un charco de sangre y uno de agua.

Para lo único que sirvió el celador, fue para llamar una ambulancia y claro a la policía, observando la escena como un búho entre la caceta.

Como estas Juan, le pregunte, y quise revisarlo, por que no pensé que estuviera tan mal, que se trataba de asunto de golpes, La mujer a mi lado, además de limpiarse los mocos y las lagrimas me dijo, que Juan estaba muy mal, que el hombre le había propinado varias puñaladas. Siempre había renegado de las ambulancias y de las patrullas de policía: (siempre que las necesitan no llegan tenia este concepto, preestablecido), pero en esa ocasión no fue así, primero llego la ambulancia: los paramédicos, revisaron al hombre y con un gesto entre ellos, informaron al mundo que estaba muerto, luego bajaron la camilla y subieron a Juan. Los paramédicos, preguntaron cual de las dos era la esposa, y no se de donde saco las agallas la mosquita muerta que hacia solo unos instantes moqueaba y chichaba, me tomo del pelo y gritaba: usted no va para ninguna parte, usted mato a mi novio.

De inmediato llego la policía, de repente la adrenalina desapareció, dejando como efecto secundario, un miedo que me provocaba temblor y vomito, estaba rodeada por un sin numero de personas que vociferaban asesina, llévensela es un peligro tenerla conviviendo con nuestros niños, es una loca. ¿Guillermo hoy si trajo cigarrillos?, me contesto – no, yo no fumo, pero tampoco me afecta que fume aquí.

Continuo, me preguntaba donde estaba toda esta gente ¿cuando a Juan lo estaban matando?, tal vez mirando, a través de sus cortinas, esperando el momento preciso para acercasen a morbociar el cuerpo sin vida de mi esposo y a darle las condolencias a la viuda y al otro día mirar a mi hija con lastima, por que pobre niña sin papa, y poder decirse unos a otros, nadie hizo nada, ya me imagino las conversaciones en nuestro honor: vecina si supo lo que paso anoche, temprano, como a las 11 o 11 y media, pues mataron al señor de bloque 80 del apartamento 506, calculo que tenia unos 50 años; si vecina, esta inseguridad nos tiene sobados, y como nadie hace nada por nadie, a uno lo pueden estar matando y todos en silencio, y esos celadores que no sirven para nada, chuchumecas : no se podrán quejar, por lo menos les deje arto para chismorrear, que bonita vecindad.

no me podía quedar con la incógnita de que había pasado, cual había sido el problema para que a Juan lo quisiera matar un hombre desconocido, llame al celador, para que me dijera que había pasado, uno de los policías me ayudo a formular la pregunta de la manera adecuada, (por que de otra manera les juro que el muy infeliz se hubiera ido a la tumba con el secreto), - Haber dígame hermanito que paso aquí, dijo el policía.

Contestando el celador - pues vera señor agente, pero es que no me quiero meter en problemas, - usted ya esta en problemas, usted es testigo de un crimen, le parece poco?, -Si señor agente: lo que paso, fue que don Juan llego aproximadamente hace media hora se bajo de un taxi, y en ese momento estaba aquí la señorita presente con el novio peleando, yo no me quise meter por que ya ve usted que esos son problemas solamente para el que se mete, como le paso a don Juan. como le decía señor agente, el novio de la señorita, mientras pasaban por el frente de la caseta, le pego y ya en el suelo, la cogió a patadas, en ese momento don Juan se bajo del taxi, y le pregunto al tipo que por que le pegaba, tampoco el taxista se quiso meter, el arranco de una; no fue mas lo que le dijo don Juan al tipo, en esas el tipo saco un cuchillo y se lo clavo sin pensarlo a don Juan por el buche y otra creo que una pierna, el resto que se la cuente la señora. O sea yo, la señora que estaba muerta del susto y aterrada de todo lo que había pasado, de lo que estaba pasando y de lo que estaba por pasar.

No había probado esta marca de cigarrillos, son mas suaves, - de que ríe Isabel, me pregunta Guillermo - de que me escucho hablar y no me conozco, fui hasta hace muy poco enemiga de los cigarrillos y de los fumadores y míreme ahora, opino del tabaco como si fuera una conocedora experta del tema, claro que también era defensora de la paz del amor de la tolerancia y del respeto y de un montón de cosas que a la vida le costo un minuto para hacerme caer en cuenta de que la paz el amor la tolerancia y el respeto, en ocasiones todos estos ingredientes de convivencia sana, son atropellado por un tipo drogado al que no le importa acabar con vidas, con familias , me refiero al hombre que mato a Juan.

Claro que también esta la noviecita del tipo, una persona que por falta de carácter, daño una cantidad de vidas. Luego me entere por boca de la mama de ella, que no era la primera vez que aquel patán la maltrataba, que la había hecho perder varios trabajos y al papa y al hermano de ella les había pegado. Sabe Guillermo, la vida es muy rara, esa señora en ocasiones me viene a visitar, me dice que yo tuve la verraquera que a ella le falto, por que en mas de una ocasión había pensado hacer lo mismo. Cuando me cuenta todo lo que hacia con ellos, me doy cuenta, que yo fui la de la mala suerte, el tipo tenia tantos enemigos y preciso a mi, me toco a mi, yo que nunca en la vida lo había visto, ni siquiera sabia que existirá una persona que se mete con un señor mayor con bastón (el esposo de doña Carmela), y lo atacara con su mismo bastón, rompiéndole la cabeza? ¿cree usted posible eso Guillermo?, por una parte eso y por otra, esta el caso de la niñita, la novia, que digo niñita, la mujer, por que una mujer a los 30 años, que permita que un pelele la manipule de esa manera no esta en nada, ¿no piensa igual?, ya se que usted no opina, ni hace comentarios, pero es una cuestión de lógica, no lo cree?

Doña Carmela, demandaba al novio de la hija y la muy tonta confabulada con el tío del fulano, que apropósito era un alto mando de la policía lo exoneraba de todos cargos; claro entre la droga y la rabia con que salía el tipo de la comisaria, era peor que hulk (el hombre increíble) suelto por las calles y armado con un cuchillo.

Mi Juan, como lo extraño, todo esto lo hice por amor, por tratar de salvar su vida, rumbo a la estación me entere en la radio patrulla que Juan había muerto, el cielo se junto con la tierra, para mi solo existía el dolor, el mas profundo dolor que existe, me jugué todo por nada.

Guillermo, _ Le traje los papeles que me había pedido, y gracias por los cigarrillos, adiós.

_Patricia, como sigue.

_¿sigue con fiebre?,

_¿le cuento como me fue con Guillermo?, así se distrae un rato, vale:

_ no quiero que Guillermo me vea llorar; patricia, ese cuento del cigarrillo, me ha servido mucho para distraer las lagrimas, refundirlas, asfixiarlas, contenerlas con una bocarada de humo. No se que va a pasar de aquí en adelante, patricia y para colmo de males, usted enferma, voy a salir al patio pero no me demoro, pudiera traerle un poco de aire en una bolsa, lo haría: ríase, es humor de presas, bueno ya que no se ríe, déjese la compresa en la frente, cuando vuelva se la cambio.

Me parece irreal estar aquí, unos días antes de parar aquí, veía en la televisión una serie de televisión titulada: (mujeres asesinas), hoy soy la protagonista de algún capitulo y si lo pusieran en la pantalla, me gustaría que Isabela Santo Domingo lo protagonizara, no todos los días una mujer mata a puñaladas a un fulano por defender a su familia, claro que pensándolo con detenimiento, y con cabeza fría, no soy la única que esta en este hueco por lo mismo, es mas, creo que hay mas personas con la misma mala suerte mía, que personas que se han ganado el baloto.

Le sigo contando lo que hablamos con Gullermo; me dijo que Consiguió un abogado, que se hará cargo de mi caso, el abogado esta muy interesado, también me dijo que la nota saldrá la semana próxima en el periódico, vendrá a traérmelo para que lo leamos y le de mi opinión.

También le comente de su caso y me dijo que le interesaba, le entregue los papeles que habíamos alistado, también me trajo 4 paquetes de cigarrillos y estos chocolates.

Compartimos todo con Patricia, me ciento privilegiada al lado de ella, le doy gracias a Dios que me toco compartir celda con ella, que no fue con Rosa o con Selene, o con otras peor. Patricia es solo una niña, solo tiene 20 años, y solo Dios sabe lo que ha tenido que sufrir esta criatura, tiene un pequeño altar con imágenes de los santos y vírgenes, los despierta a las 5 y media de la mañana con oraciones y al anochecer hace lo mismo; fue educada en un colegio de monjas. De buena familia, pero no la visitan por el que dirán, de vez en cuando, mandan a la muchacha de servicio, para entregarle lo necesario. Me entere de todo lo que le había sucedido, no por boca suya.

Un día de visitas y para variar ella no pudo salir a recibir a la empleada, por que tenia fiebre, así que me pidió el favor de que saliera a recoger lo que habían mandado sus padres y fue la empleada, quien me conto la razón por la cual Patricia me acompañaba y no estaba en una universidad de Europa, cual lo acordado con sus padres al graduarse del colegio.

La señorita Patricia, estaba en once, ya se iba a graduar y se fueron un grupo de niñas del colegio para la costa, y estando allí en el hotel; también había un grupo de muchachos, también de paseo de colegio. Tres de estos muchachos, iban por otra cosa más que de paseo, la compañera de cuarto de la señorita Patricia, se dejo engatusar de uno de los jóvenes y accedió a dejarlo entrar al cuarto a escondidas. La muchacha no sabia que la señorita patricia se encontraba en la ducha; pero a la invitación no llego el solo muchacho, con el llegaron otros dos compañeros y entre los tres quisieron abusar de la compañera de cuarto de la señorita Patricia. Al escuchar el forcejeo, la señorita Patricia salió de la ducha, armada de sus oraciones y al sentirse atacada empujo a uno de ellos, con tan mala suerte que la cabeza del joven golpeo contra el mármol, muriendo de inmediato; la compañerita de cuarto estaba asfixiada sobre la cama, los otros dos huyeron, para llamar a la policía y a sus papitos.

Esta es la declaración de uno de ellos : “ yo estaba en el hol con francisco, buscando a Sergio, cuando encontramos el cuarto 216 entre abierto en la cama se veía una mujer desnuda, y otra frente a ella temblando, envuelta en una toalla, tocamos a la puerta, preguntándole a la mujer de la toalla si estaba todo bien y fue cundo vi tirado en el suelo a Sergio en un charco de sangre, enseguida llamamos a la policía y a los encargados del hotel”. El tal Francisco, declaro lo mismo, y adiciono que la señorita Patricia, había matado primero a La señorita Laura por celos y el joven Sergio al querer impedirlo, lo había empujado matándolo también. Me quede fría, cuando esta mujer me conto lo que le habían hecho a la pobre Patricia: ella nunca se defendió, no tenía como: le pregunte a la empleada como ella sabia lo que en realidad paso, me contesto que Patricia lo escribió, en un papel mientras la trasladaban de la costa a Bogotá, y ella había encontrado el papel en uno de los bolsillos cuando llevo la ropa a lavar, es la verdad de Patricia la verdad de alguien a quien nunca se le escuchara por que sin voz es muy difícil defenderse, yo he gritado, he dicho, en todos los tonos que me ayuden por favor y el único que ha querido escuchar ha sido Guillermo, que será de Patricia, su voz se apago a 6 años a causa de una extraña enfermedad, no ha podido en ningún tono expresar lo que siente, contarle al mundo lo que paso y no paso, acomodaron los hechos en su contra y tenemos en común el agravante que nuestras supuestas victimas eran familiares de altos funcionarios del gobierno y esto en este país pesa mucho.

El sol se oculta llevándose con el, los escasos rayos de luz que iluminan nuestras vidas, con la oscuridad llegan los sueños, los malos sueños, en estos sueños no quisieras ser el protagonista, por lo menos de mis sueños no, tampoco de los de Patricia. Empiezan con un chapuzón refrescante de tibias aguas, me siento ingrávida, como cuando estaba a salvo del mundo en las profundidades de mi madre y en cuestión de segundos me empiezo a sentir pesada y las tibias aguas se vuelven espesas, fangosas ya no tan tibias, mas bien me recorre un frio inclemente, por mas que lo intento, trato de salir de allí y no puedo, es infructuoso cualquier movimiento para mantenerme a salvo, de esos ojos verdes que me buscan, esos ojos verdes que buscan mis ojos en busca de respuestas, esos ojos agonizantes que se desprenden de la vida dejando en mis ojos su muerte. Al despertar estoy bañada en sudor, y el corazón a punto de estallar, me lleva tiempo recuperarme luego de cada sueño.

Es admirable, ver todos los días a Patricia, inmersa en sus oraciones, de rodillas frente al altar, entre lazando sus manos y cubriendo con este nudo de dedos su boca, inclinando su cabeza en un acto de reverencia, con sus ojos cerrados, sin gesto alguno que le distraiga de aquella comunicación de amor y paz. Me costo algún tiempo convencer a Patricia, me enseñara su idioma (el lenguaje de señas) rompiendo la barrera de mi ignorancia, ahora nuestras manos, son pájaros atrapando palabras en el viento.

El olor a periódico, a tinta fresca, es agradable volver a sentirlo, no quiero que una de esas lagrimas traicioneras salgan y me juegue una mala pasada, que caiga estropeando el diario que me trajo Guillermo hoy, si, como lo había prometido, me entrego el diario con una sonrisa y un abrazo, que realmente no esperaba recibir. Es posible que hoy mismo venga el abogado a ponerme al tanto de lo que ha adelantado y no te preocupes Patricia que de hoy en adelante mi voz será tu voz, se que será poco el tiempo que seas mi compañera, pero no importa, tu felicidad también será la mía, volverás de vuelta a la libertad, al mundo, en compañía de tus santos y tu virgencita, para que te cuiden y te pongan a salvo de los peligros y de la mala gente.

Fin

Miércoles, 26 de mayo de 2010

Myriam Stella Serrano R.

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